Hoy en día, es muy probable que Israel tome represalias contra Irán, según analistas locales.
Irán esperaba que el ataque con cohetes que lanzó la noche del 14 de abril dañara la reputación de Israel, su aviación y su inteligencia. Israel debe demostrarle al ayatolá Jamenei que está equivocado y que la venganza será inevitable.
Israel no quiere que un ataque de represalia conduzca a una guerra regional. Estados Unidos y los países europeos exigen evitar medidas de represalia.
“La coalición antiiraní es un valor estratégico para nosotros. Nuestra principal tarea es preservarlo a toda costa. Por eso es importante que la respuesta de Israel preserve esta coalición y permita a Israel continuar la guerra en Gaza y el norte”, escribe el columnista de Ynet, Ron Ben-Ishai.
Según él, hay cuatro opciones de respuesta: la primera es el bombardeo de instalaciones estratégicas de Irán. Se trata de fábricas e institutos de investigación; un golpe para ellos tendrá un efecto grave. Pero están ubicados en grandes ciudades, lo que provocará la muerte de ciudadanos.
La segunda opción es un ciberataque: a la infraestructura civil, al transporte, al suministro de energía.
La tercera y cuarta opciones están relacionadas con la eliminación de figuras clave en Irán asociadas con el ataque a Israel. Ésta es la tarea del Mossad, la agencia de inteligencia israelí.
De cualquier manera, el golpe debería ser doloroso, pero no crítico y amenazar la existencia y el prestigio del régimen del ayatolá, señala Ron Ben-Ishai.
